Comparto un poema de no hace tanto y que es un eco más entre muchos de nuestra actualidad:
RÍO DE MIS OLVIDOS
Aquí, a hueso y luna doliendo,
a puño cerrado, de
tierra la noche
empuñada en mi
garganta
sin soltar los vinos
de su bilis,
los frutos de su árbol
familiar
y su jardín rodando en
asilos
de cáncer, esclerosis
y alzhéimer,
en huecos de tierra,
en ritos
-heraldos del pudor-
llenados y tragados
con premura,
confundiendo los
pasados,
y este presente que siempre
cuaja
sus lágrimas en el
dorso de la mano,
que se empeña en
estancar
la sangre, los
coágulos
de su odio que anegan
y machacan
todo germen de
ternuras.
Todo se va en parcelar
la mirada,
lo poquito de mar que
aún nos sala la boca,
todo se va en tanto
acoso,
en tanta saliva descoyuntada,
acorralada en tumbas a
pie de grito,
en círculo de zarpazos
que regresan con la
sombra
cada vez más mutilada,
con
sus fantasmas cada vez
más tullidos
y solos, sin retratos
ya,
sin memorias;
penándome
los huesos, el aliento
que tiene un dejo de
cadáver
y locura o mujer o
madrugada
y cirio en espera
despeñándome
el horizonte que sobre
mí se ceba
o sobre las ventanas
de esta ciudad,
o sobre las plumas de
esta serpiente
cacariza, veneno de
águila cayendo,
atragantándose de ella
misma,
cagando las nopaleras,
destunando
las flores que sin
himnos fallecen
en verdes todos rojos
dejándonos blanco el
insomnio,
los vellos, las
cariadas costillas
levantadas a toletazo
limpio
de revoluciones y
simulacros,
de democracias y de
izquierdas
que no logran
cocerse nunca en el
estómago,
pura baba en la boca,
deslucida
como esta hoja, prescindible,
enterrada como esta
hoja,
ésta…
río de mis olvidos y
mis catarsis
tan vacías, luna sin
palabras
tan desiertas, gritos
o murmullos,
páramo de mis fúnebres
silencios.