Era muy hermosa.
Lo es. El problema del recuerdo radica en su temporalidad. En esa maldita
ausencia donde se queda todo mientras uno se detiene aquí, en estos márgenes,
en las dudas de la tinta, en el trazo inseguro que siempre traiciona mis
intenciones, siempre las mismas.
Ella
es, ella sigue siendo a pesar de la distancia, de lo único que me quedó de ella. Veo sus dientes y parte de su encía. La hermosura
siempre es un pasado del que uno queda fuera irremisiblemente. Lleva playera
negra, un tímido escote o una blusa blanca a rayas. Se acomoda los lentes, ¿o
es sólo la mirada y los lentes son míos? Juega con las manos, es tan nerviosa
que se le multiplican, las siento en mi miembro, rasgándome la espalda,
apretándome los glúteos. Es tantas, es.
El
sol es el mismo, no hay distancia de media hora que aplaque su violencia. Yo
podría estar en Acapulco a esta hora, te imagino en traje de baño, con una piña
colada, sin piña colada, con alberca sin alberca, mojada, seguro. Hay cosas que deben ser ciertas, que son necesarias para no ser tan infeliz.
¿Yo
escribí esto? Soy esto. ¿Fui? En la escritura nada es presente. Recargo el
mentón sobre mi mano. Me diluyo en las ventanas del microbús. Eres tantos
reflejos. El sol se fracciona, encostra el sudor a la piel. No existe Acapulco,
el pinche sol es el mismo sol de todos los días, el del transporte público, el
del asalariado.
Y
sonríes, demonios, sonríes. Me gustan tus dientes y tu encía. El deseo abre sus
pozos, son tantos…, y luego el silencio de la camisa vencida, de mi piel a
punto de cercenarme las palabras, de mostrar viva su fractura. Eres la
sumatoria del hambre. Qué lejos estás de esta cercanía que me devora y me
tritura en imágenes desleídas de mi rostro o el tuyo o los tuyos.
Escribo
el trayecto a casa, escribo para el futuro, para guardarte de mí mismo y de ti,
escribo para el frío, el que vendrá, que siempre viene y a veces tiene forma de
palmeras, o de ti. ¡Qué impostura es la escritura! La creo, vivo de ella, la
abro, y la única autopsia que realizo es siempre la mía.