No entiendo la mordida sin la saliva o
tus nalgas sin la marea contra las rocas de esta catarata en que el vértigo del
agua me desgarra y la corriente abre mi carne, la estira hasta el ojo de
tu torrente que anega las esclusas de la razón y la sangre.
El
ahogo es la cara del misterio, el movimiento su revelación.
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