Qué pensó dios el primer día de la creación, ¿tuvo miedo,
nervios?, ¿qué tan grande sería su expectativa ante la nada que agitaba entre
sus manos?, ¿tiene manos la divinidad?, ¿sabe lo que son los plazos y su
cumplimiento?, ¿los nervios que dan ante una fecha esperada que está llena de
interrogantes? ¿Dios sabe lo que es una interrogante? La respuesta fácil sería
que no, porque Dios mismo es una interrogante, tampoco entendería del tiempo,
de lo limitado, en la vida no hay borrón y cuenta nueva, lo que se hace no desaparece
del todo, no podemos regresar ni a los momentos de mayor felicidad ni aquellos
dolorosamente puntuales.
Por qué, entonces, Dios creo un mundo que estaba fuera de
sus posibilidades, por qué hacer algo muy distinto a su imagen y semejanza, por
qué esbozar un mundo que él no entiende. Cómo comprender la vida si la divinidad
carece de ella, porque la vida tiene un principio y un final, y no es un motor
inmóvil, perpetuo, eternamente bello en su inmutabilidad, en tener mil y un
caras y siempre ser la misma: lejana, estridente, sin palabras, porque la
palabra nos pertenece, la lengua es de los hombres y no de los dioses; la
palabra es tiempo y se da en el tiempo, da cuenta de éste y lo deforma a su
multiplicidad de formas.
La palabra imagina, Dios no, la imaginación nace de lo
deseado, de nuestros terrores, de esos pocos momentos de dicha suma y de la
monotonía de nuestras geografías vitales. Un dios no puede imaginar porque sería
imposible que estuviera insatisfecho, que fuera infeliz o feliz. La totalidad
no tiene abolladuras y el hombre es un ser quebrado que trata de no
despedazarse por completo.
Pienso en todo esto mientras me preparo para la primera
clase de este semestre, cómo será mi grupo, qué agobios obsesionan a esta
generación, qué dirá mi amigo Voltaire de ellos ―en estos momentos me siento
muy alejado de John Keats; ya vendrán sus urnas y sus flautas, ya vendrá el
tiempo a detenerse en las basílicas de su pintura―, ¿serán una comunidad de
hombres libres?, no sé. Siempre hay mucha expectativa al inicio… Bueno, tengo
café, ya lo que venga es ganancia.
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