domingo, 31 de octubre de 2010

DESCARNE


Te miro y siento
tus uñas alrededor de mi cabeza,
raspando mi cráneo
hasta hincar en mi cerebro
tu boca: roja como un chirrido;
devolviéndome al cuchillo de la sangre;
al de tus labios hirviéndome el pecho,
amaestrando mis venas dilatadas
hasta ahormar el horror y el deseo
a mis pupilas que palpitan
como alas arrancadas y enloquecidas
en el espejismo del vuelo;
quebradas costillas, invertidos
rompecabezas de sombras
armados en y por los vasos del sexo
que aúllan mutilados hacia ti;
sobre las babas de tu sonrisa
o mi falo encarnado en medio de esta rabia
que desea una hoguera para escaldar su sed.