viernes, 12 de marzo de 2010

Detrás de cámaras (una historia sencilla)

Llegué a casa y aquieté el ruido dejándolo rumiando entre el sillón y mi cuerpo; bajé el zíper de los pantalones y encendí la memoria en sus muslos; le puse rewind, rewind y rewind a ese movimiento muscular que definía la ruta y movimiento de mis manos; después dejé correr todo ese día y al finalizar comenzó el trabajo. La edición, cuadro por cuadro de su cuerpo según el pulso que dictara la entrepierna.
Hice algunos close-ups de su mirada remembrando a la Lolita de Nabokov. Un primer plano de sus piernas era necesario, además las suyas me recordaban a Anita Ekberg en La dolce vita o a esa bailarina de tutú negro que jamás imaginó Tchaikovsky en los infiernos de su lago; de piernas largas y firmes, manantial siempre bullente, lúbrico en la luz y en la obscuridad de la música; su piel de pez al tacto, un hielo de fuego, gitana lorqueana. De muslos pródigos, como los de aquellas actrices italianas de los 40’s a los 60’s. Una falda levantada por descuido en una fuente solitaria, una mirada pánica que espía y de repente es descubierta velando el secreto y revelando un cosquilleo de codicia.
Algunos barridos de su boca eran necesarios antes y después del brillo de labios; la tierna voracidad de su lengua cuando trisaba con sus dientes, entre su saliva las palomitas de maíz y al mismo tiempo el roce azaroso de manos dentro de la caja en secuencia simultánea; y entre los roces, la luz de la pantalla -el metatexto tan socorrido por el cine alemán- dibujando sus pómulos tenuemente sonrojados de saberse en la mirada del otro, de sentir en el roce el peso del deseo; y entonces, es allí donde el clissé es vital: las miradas de soslayo, cruzándose, la voz en su oído, el olor de su pelo; sí, puro lugar común, pero necesario, necesario para acelerar la carrera y llegar a…
Sus labios o los del yo-protagonista palpitando, buscando no el beso sino el placer del beso; la posición del cuerpo, del mío-yo-protagonista, medio ladeado hacia ella, simbolizando la más cruda necesidad de la carne, pero también, la soledad. Tampoco podía olvidar el slow motion mientras ella caminaba a lo Bellucci, cerrando el canal de la música a lo nouvelle vague para dar paso a la voz en off del Deseo; aquí algunos versos del protagonista carentes de poesía, y sí de una pornografía soez; mientras los glúteos, hermosos por cierto, rotundas nalgas femeninas en concordancia con los versos —orgasmos mentales— daban efectismo y verismo al sentimiento que anhelaba, sobre todo, proyectar.
Abusé un poco de los planos fijos, en particular de un close- up a los labios en movimiento de la protagonista, barriendo todo lo demás, dejando la escena en una sencillez casi poética, lográndolo gracias a que los canales de audio en esos instantes estaban apagados o distorcionados; la referencia se debe a Pedro Salinas y en particular a un verso que dice más o menos así: “lo que eres me distrae de lo que dices”.
Entonces, mientras la bella bailarina hablaba –pues la protagonista, como toda película pretenciosamente intelectual, debe dedicarse de alguna u otra forma a algo relacionado con el arte- el yo-protagonista, fetichista-snob por naturaleza, miraba sus labios, sus senos y después sus piernas, sobre todo sus piernas de una manera desfocalizada, nerviosa por momentos, y por otros instantes mostrando sus pupilas dilatadas o su boca desencajada en algunos cuadros congelados, mezclados también con el slow motion y con distintos filtros de color, en particular de la paleta cromática de cálidos, para lograr con el puro movimiento de cámaras – los tan dichosos travellings- ese desarrollo tan difícil que es, en el cine, expresar creíblemente el desarrollo creciente del orgasmo.
Me gustaría hablar un poco de esta parte, la verdad peco de soberbia pero quería una película visual y que, por medio de las imágenes llegar a lo sensitivo-introspectivo-erógeno; por ejemplo la picardía característica de este film me llevaba a mover la cámara o el foco, de la belleza de la chica, sus muslos, sobre todo sus muslos hacia el bulto dibujado en los pantalones del yo-protagonista; en este caso un escritor mediocre, ni siquiera marginal, simplemente gris, sin pena ni gloria cuya única virtud es quizá su lujuria exacerbada y cómo ésta se proyecta en los planos de lo real y de lo imaginario.
Sí, lo sé, ya el espacio en donde se desarrolla el film: el cine y algunas calles; y el mismo protagonista hace que se pueda pensar en un cierto homenaje al neorrealismo italiano, pero sobre todo, al ser el yo-protagonista un raro, un exiliado en su propia cotidianeidad nos hace pensar más en ese cine norteamericano independiente estilo Jarmusch o Spike Lee; aunque por las atmósferas, los espacios en que se mueven los personajes la película está más influenciada por un Tarantino –que no me gusta, pero tengo que aceptar que tomé algo suyo esta noche- o por el cine porno de mediados de los setentas y principios de los ochentas donde el fetiche era una necesidad artística y fisiológica un mis en escene que deconstruía el espacio en pos de la exploración interior del individuo. Claro que le di un enfoque —algo… sí, no lo puedo negar— del existencialismo más de un Camus que de un Sartre para mostrar la agonía del individuo erotizado.
La película claro, no es didáctica pues creo que en el arte no hay didácticas posibles, además el fin de la misma es otro, no es una película pretenciosa aunque pretende y tiene un fin muy específico, para ello la necesidad de una actriz hermosa, desde la primer escena, desde la primer toma sabemos que es ella, que debe ser ella, que nadie más podría interpretar el papel, su papel, lo digo con todas sus letras, sólo ella justifica las dos horas y cacho y unas muñecas casi dislocadas y el agarrotamiento parcial de algunas cuantas falanges.

7 comentarios:

  1. 1.Lamento sinceramente la muerte de Miguel Delibes un gran escritor. Lean "Cinco horas con mario".

    2. Esta entrada y la anterios tienen la misma temática,espero escribir sobre algo más, gracias por su paciencia.

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  2. quien era miguel delibes? ajaja estas bien loco por cierto

    GATO ROCANROLERO

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  3. AAAAAH VAMOS, VAMOS AL CINE, Y ME DICES SOBRE LOS PLANOS Y ESAS COSAS TÉCNICAS AAANDA YO TE INVITOOOOO!!!!!!!!!

    KAREN

    BRAAAADOMÍIIIIINNNNNNNNNNNNNNNNNN!!!!!!!!!! PLIIIIIIISSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS..

    muuuuuuuak... JIJIJI!!!!

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  4. Me gusta los homenajes que realizaste estudiaste cine, de hecho es muy cinematográfica tu puñeta, sería bueno que de vez en cuando nos recomendaras una peli, hacer alguna reseña para conocer más de cine ya ves que siempre es el mismo y no salimos de los bodrios gringos

    Óscar Lemus.

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  5. me gusta como escribes, y por lo que he leído de ti te gusta mucho el cine, yo la verdad no conozco mucho pero me gusta las atmósferas que creas y también que no tengas miedo de las palabras ni que te guíes por puritanismos morales, espero que este blog dure mucho, mucho.

    Flor

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  6. Jajaja, muy divertida, me gusta que juegues con la crítica cinematográfica, tu manera de burlarte de todo es muy sutil, y el cine porno de los setentas y ochentas es el chido. Arriiiiba el Pooooorrrrrrnooooooo!!!!!!!!!!!

    te recomiendo la de "the green door" una de las mejores porno de ese tiempo. Igual ya la viste.

    Anonímico

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  7. simplemente me encanta

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