miércoles, 9 de febrero de 2011

Extraviados en El ciclo Dreyer


Joselo Gómez


Siempre hay un momento del camino en el que nos preguntamos si la dirección que llevamos es la correcta: nos detenemos, echamos un vistazo, buscamos la orientación, y si es posible, continuamos. Nuestra brújula no siempre es infalible y las estrellas suelen confundirnos más de lo que nos orientan. ¿Cuál sería la guía de cada cual en un mundo como el nuestro?

Este es uno de los problemas más interesantes que el guionista y director Álvaro del Amo plantea en El ciclo Dreyer (España, 2006). Interpretada por un reparto joven y virtuoso, El ciclo Dreyer pone en juego los dilemas éticos, morales e incluso vocacionales de cuatro jóvenes: Carlos (Pablo Rivero), joven y aventajado estudiante, amante del cine y novio dedicado de Elena (Elena Ballesteros), también estudiante que representa a la clase burguesa de la España de los años 60; Julia (Ruth Díaz) brillante chica provinciana que llega a Madrid a terminar su tesis doctoral y gran conocedora del cine; finalmente, Santi (Fernando Andina)un joven cura que en su paso hacia las misiones en Camerún llega a casa de Elena por causa de una vieja amistad entre ambas familias.

Los personajes coinciden en la sala de proyecciones de un ciclo de cine que Carlos y Julia dirigen en honor al clásico director Carl Dreyer. Carlos invita a su novia a las proyecciones, aunque ella no gusta mucho del cine y menos de las reflexiones en torno a él, pues Elena es el personaje menos intelectual sin por ello caer en el estereotipo de la frívola rubia americana. Una vez trabada su amistad con él, Elena decide invitar a Santi a una de las proyecciones…

El ciclo Dreyer pone en juego los celos, el amor, la ética y las debilidades humanas proyectadas en cada uno de los personajes, quienes a su vez las proyectan y les van dando sentido a través de lo que ven en las películas de Dreyer. La película sin duda es un drama de formación donde los personajes, más allá de resolver el inevitable enredo de toda comedia, resuelven sus vidas y las reorientan después de un muy tormentoso periodo de confusión y auto-cuestionamiento, al cual se ven orillados no sólo por las circunstancias, sino por emociones, dudas, sentimientos, valores y sentido del deber.

¿Cambian los personajes el rumbo de sus vidas? ¿Le encuentran algún sentido al que llevaban? La interpretación es libre; el cine es un faro que alumbra el camino, sólo que su luz desnuda: deja ver las costuras de las marionetas y los hilos que las mueven, pero también deja ver su más honda belleza.




Joselo Gómez nació en el DF, en 1984. Desde niño ha sido aficionado a la lectura. Ha cursado e impartido algunos talleres literarios. Estudió la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas por la UNAM y participado en varios eventos literarios, así como en diversas publicaciones independientes. En 2010 recibió Mención Honorífica por su participación en el Concurso 41 de la Revista Punto de Partida. Actualmente se desempeña como profesor de Literatura, traductor y editor de textos.

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